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UC - Críticas

País: Canadá.

Año: 2013.

Duración: 99 min.

Género: Drama romántico.

 

Dirección y guion: Louise Archambault.

Producción: Luc Déry y Kim McCraw.

Música: François Lafontaine.

Fotografía: Mathieu Laverdière.

Montaje: Richard Comeau.

Diseño de producción: Emmanuel Frechette.

Vestuario: Shie Lefebvre.

Distribuidora: Karma Films.

 

Estreno en España: 14 Agosto 2014.

Calificación por edades: No recomendada para menores de 7 años.

 

Interpretación: Gabrielle Marion-Rivard (Gabrielle), Alexandre Landry (Martin), Mélissa Désormeaux-Poulin (Sophie), Vincent-Guillaume Otis (Remi), Benoît Gouin (Laurent), Sébastien Ricard (Raphael), Marie Gignac (madre de Martin).

 

DE NUEVO EL AMOR COMO MOTOR DE SUPERACIÓN


Bienintencionada película que aborda la necesidad de autodeterminación de los enfermos de Williams, una deficiencia mental que (como todas) no anula la necesidad de amar y ser amado. Y aquí aparece de nuevo el amor, como tantas otras veces, como motor narrativo para contar la historia de Gabrielle como personificación de otros tantos protagonistas en esta situación y que, si bien no alcanza el grado de la excelencia, si se presenta como una película justa, entrañable y, sobre todo, localista por la inclusión de muchos de los actores del coro canadiense en el que participan los amantes personajes de esta historia tan romántica como verosímil.




SINOPSIS: Gabrielle (Gabrielle Marion-Rivard) es una joven con síndrome de Williams que intenta convencer a sus seres queridos que es capaz de ser autosuficiente a pesar de sus limitaciones mentales. Pero el romance que establece con su mejor amigo del centro de terapias ocupacionales hará que surjan nuevas preocupaciones entre los familiares de ambos chicos, que aspiran a tener una vida como la de los demás.


 

Allá por 1999, a un inconsciente Garry Marshall se le ocurrió que podría ser una buena idea convertir a Juliette Lewis y Giovanni Ribisi en una pareja con síndrome de Williams y abordar su ganas de vivir y de justa emancipación en ‘The other sister’. Una vez más el amor como reclamo para la superación. El problema era lo poco creíble que resultaba y su tono demasiado blando, apropiado para el público yankee. Con ‘Gabrielle’ Louise Archambault hace una aproximación más justa a esta situación, empezando por la involucración de enfermos reales (miembros del coro canadiense Las Musas) para hacerles partícipes del argumento. Al frente de todos ellos está Gabrielle Marion-Rivard, todo un descubrimiento y personificación de justicia interpretativa.



Esto, claro, no hace que ‘Gabrielle’ sea una mejor película, y vuelve a caer en ese bienintencionado tono que arrastra cualquier obra de estas características y que puede volverse en su contra. Sin embargo, acompañar a Gabrielle en sus aventuras cotidianas (coger el autobús bien puede serlo para alguien con este síndrome) en pro de la autodeterminación y con la ilusión del amor como motor de superación es ya un lujo para el espectador.




UC (Manu Cabrera).

TRAILER